CONSEJOS PARA INICIARSE EN EL SENDERISMO
1. Sé progresivo
Cuando llega el final del verano estamos con muchas ganas de patear monte. Han sido meses de mucho calor, donde nuestras salidas seguramente se habrán visto reducidas a rutas costeras o marchas nocturnas. Sí, estamos con muchas ganas y emoción, y queremos subir al Puig Campana, Aitana, Bèrnia, y otras ascensiones clásicas de nuestra provincia. Pero lo mejor es empezar de forma progresiva. Es la mejor forma para evitar lesiones y disgustos. Acostumbra a tu cuerpo a la actividad poco a poco. Empieza por salidas cortas y con poco desnivel, para ir incrementando la dureza de las rutas a medida que tu forma física vaya en aumento. En las salidas cortas tu equipo será más reducido, por lo que podrás llevar menos peso, acostumbrando a tu espalda (y resto de tu cuerpo) también de forma progresiva al incremento de carga.
2. ¿Te has planteado federarte?
Está de moda salir a la montaña. Y es fácil dejarse llevar por la emoción y salir a la montaña alegremente. Pero hay que tener claro que la montaña es peligrosa, y más si tenemos poca experiencia. Contar con una licencia federativa de montaña implica varias ventajas, y una de las más importantes es la de estar asegurados en caso de accidente. Nosotros lo tenemos claro, y estamos federados desde hace ya unos cuantos años. Además, la FEMECV (la Federación de Montaña la Comunidad Valenciana) pone a tu disposición la Modalidad de Otoño, para que puedas estar federado entre Septiembre y final de año, por un precio reducido.
3. Planificar las salidas
No hace falta que te digamos que planificar las salidas es de vital importancia. Múltiples factores a tener en cuenta: desde la meteorología, a las condiciones particulares de la ruta según la época del año.
Calcula el tiempo que vas a emplear en la ruta, y en función de ello prepara tu equipo: ropa y mochila, alimentación, hidratación, iluminación…
4. Prepara el equipo
Ya sabemos que la montaña conlleva peligros, por eso es muy importante ir correctamente equipados. Calzado, calcetines, ropa, material de orientación, iluminación, protección solar, hidratación y alimentación, una buena mochila de senderismo, y otros materiales que a veces olvidamos, como un botiquín o una manta de supervivencia para casos de emergencia. Ir correctamente equipados nos evitará más de un disgusto, por ejemplo: llevar siempre una prenda para abrigarnos, ya que en la montaña el tiempo puede cambiar muy deprisa.
5. ¿En compañía o en solitario?
Si vas acompañado hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta, cómo adaptar el nivel de exigencia de la ruta al estado físico de los participantes. De esta forma todos disfrutarán de la experiencia y evitaremos algún que otro disgusto.
Si salimos en solitario a la montaña, porque nos apetece o porque no queda más remedio. Esto (bajo mi punto de vista) tiene ciertas ventajas, como disfrutar de una conexión más intensa con la naturaleza. Pero hace que sea una situación más arriesgada. En estos casos recuerda siempre decir a alguien a dónde vas, cuánto tiempo tienes pensado tardar y extrema las precauciones.
Respeto al medio ambiente: no dejar basura, no encender fuego, no salir de las sendas marcadas, respetar si las condiciones no son las apropiadas para realizar la actividad.
En definitiva utilizar el sentido común
